El sismo ocurrió a las 20:49 y en pocos segundos las construcciones de la ciudad quedaron en el piso y salieron de servicio los sistemas de energía eléctrica, agua potable y telefonía.
El movimiento sísmico tuvo una magnitud de 7,4 en la escala de Richter y una intensidad de IX en la escala de Mercalli. El epicentro se situó a 20 kilómetros al norte de la Capital, en la zona de La Laja, departamento Albardón.
Además de causar la muerte de unas 10 mil personas y lesiones de distinta consideración a miles de habitantes, provocó cuantiosas pérdidas materiales.
El inusitado movimiento de la tierra ocasionó daños de consideración en rutas y caminos, vías férreas, edificios públicos y establecimientos fabriles, especialmente bodegas.
En las zonas más próximas al epicentro del terremoto, Albardón y Angaco, se produjo la licuación o licuefacción del terreno, fenómeno que consiste en un cambio de estado de una sustancia cuando pasa del estado sólido al líquido. A través de distintas grietas el agua afloró en la superficie. Igualmente se formaron volcanes y cráteres de arena.
El terremoto de 1944 está considerado como la mayor catástrofe natural de la historia argentina.